De repente nos damos cuenta de que el tiempo pasa demasiado deprisa; y que sólo hay un tiempo y un espacio en el que inventar y aprovechar nuestra propia vida. Todos los logros y alcances serán pocos, ya que todo siempre es superable. Por ello, todo cuanto deseo me resulta escaso. Dicha idea me hace reflexionar y deducir que no hay tiempo para todo, pero sí un tiempo para cada cosa, para cada momento y necesidad. Así pues, lo que siempre necesitaré será más tiempo.

17/01/2011