Todo lo que hacemos tiene algún sentido, basta con creer en ello y funcionará. Me gusta conservar zonas que me motiven para continuar. Las respeto y a partir de ahí todo comienza a marchar. Nuestro pensamiento suele ir más rápido que la mano. Por eso llegaremos a concebir la plenitud cuando descubramos ese pensamiento a través de la acción manual. Rojos, azules, rosas, naranjas, verdes, incluso grises sin quererlos han surgido de mi memoria, de ese juego continuo que manifiesta mi conciencia cuando duermo, río, lloro, tiemblo, hablo o pienso. Este es le momento en el que mejor funciona mi cerebro. Las direcciones de mis pinceladas son variantes pero mi mente sólo una y constante, aunque mis pensamientos no. Tengo muchos a lo largo del día y a veces me asustan. Necesito ordenarlos y ejecutarlos, estetizarlos de alguna manera, por ejemplo pintando.

31/03/2009